El planeta Tierra, Gaia, nos proporciona el aire, el agua, el alimento y las materias primas que necesitamos para producir los millones de objetos que utilizamos a diario. Además, se encarga de reciclar todos nuestros residuos.
Pero…¿qué o quién es Gaia?
En la mitología griega, denomina a la diosa Tierra y simboliza a la gran madre que surge del caos y de la que dimanan todas las cosas. En la evolución cultural de los pueblos, siempre aparece el culto a la Tierra, como símbolo de lo femenino, de la madre naturaleza, de la fertilidad: quien da la vida y, también, quien la quita.
Desde 1979, da nombre a la hipótesis científica de James Lovelock, apoyada y ampliada por Lynn Margulis, y que, para aumentar la carga simbólica, se basa en la teoría del caos y los sistemas complejos.
El punto de partida es la búsqueda de vida en Marte a partir del estudio de la atmósfera de Venus, Marte y La Tierra. Las atmósferas, tanto de Venus como de Marte, son incompatibles con la vida, están cerca del equilibrio químico y contienen porcentajes de gases, muy similares. En cambio, la atmósfera de la Tierra, plagada de vida, es inestable químicamente; pero se mantiene en unos rangos más o menos constantes, desde, al menos, la explosión de vida del Cámbrico hace unos 540 millones de años.
- CO2 96,5%
- Nitrógeno 3,5%
- Oxígeno trazas
- Argon 70ppm
- Metano 0%
- Temperatura superficial: 459
- Presión total bars 90
- CO2 95%
- Nitrógeno 2,7%
- Oxígeno 0,13%
- Argon 1,6%
- Metano 0%
- Temperatura superficial: -53
- Presión total bars 0,0064
- CO2 98%
- Nitrógeno 1,9%
- Oxígeno 0%
- Argon 0,1%
- Metano 0%
- Temperatura superficial:240 a 340
- Presión total bars 60
- CO2 0,003%
- Nitrógeno 79%
- Oxígeno 21%
- Argon 1%
- Metano(CH4) 1,7%
- Temperatura superficial: 13
- Presión total bars 1,0
Fuente de los datos: Las edades de Gaia, James Lovelock
La hipótesis plantea que la vida, entendida como la maravillosa multiplicidad de seres vivos que interactúan y se expanden por toda la superficie del planeta, es capaz de regular el estado químico de la atmósfera, el clima y la salinidad de los océanos.
Gaia es un sistema complejo, un modelo matemático, que se autoregula por homeostasis. Sin embargo, la teoría es mucho más amplia, porque plantea el estudio de la tierra como un organismo vivo que incluye la biosfera, la atmósfera, la tierra y los océanos. Este giro copernicano supuso discusión de ideas, nuevas líneas de investigación, errores, polémicas, rectificaciones,… y, en definitiva, progreso mediante nuevo conocimiento. En la actualidad y, en función del consenso científico, Gaia es una teoría débil o lista de hipótesis científicas verificables por experimentos críticos; una teoría fuerte o metáfora imposible de verificar con los recursos actuales y, para muchos, un nuevo paradigma científico.
La teoría me parece fascinante, por muchos motivos; pero sobretodo, porque propone un nuevo punto de vista integrador y multidisciplinar que vincula la evolución de la vida con el medioambiente. Somos parte de Gaia, nuestro metabolismo y nuestras acciones modifican el sistema y nuestra supervivencia exige competencia, adaptación y colaboración con el medio: ni somos el centro del universo, ni Gaia es una mera despensa para nuestro uso y disfrute.
La superpoblación, los residuos, la tala de bosques, los fertilizantes, los plaguicidas, el uso masivo de combustibles fósiles en el transporte, en la generación de energía, en la industria, en la calefacción, … y tanta prepotencia están destruyendo nuestro hábitat. Nos cuesta comprender que, a escala planetaria, somos prescindibles: el planeta y la vida se adaptarían, rápidamente, a un cambio climático o de cualquier otro tipo que supusiera nuestra extinción y la de otras especies. En varios cientos o miles de años, se regenerarían los ecosistemas y desaparecería cualquier vestigio de nuestra civilización en la superficie terrestre.
¿Peligra nuestro hábitat en la Tierra?
Hoy por hoy, la Ciencia no puede proporcionarnos certeza absoluta ni de las consecuencias de los cambios que estamos provocando en el entorno, ni del tiempo de que disponemos para recuperarlo, ni siquiera de que sepamos hacerlo. Sin embargo, sí nos ofrece predicciones de riesgos a partir de multitud de series de datos empíricos y de modelos de simulación. Como veremos en los siguientes artículos, algunas predicciones, altamente preocupantes, aumentan el riesgo de un cambio climático global a gran escala, similar a los que se produjeron hace miles de años. Por la Historia de la Tierra, sabemos que un cambio climático global alteraría de forma drástica nuestra forma de vida, provocaría catástrofes naturales, redistribución de las especies naturales, pérdida de suelo cultivable, escasez de recursos, hambrunas, migraciones… En resumen, Gaia alcanzaría un nuevo equilibrio y pondría en peligro muchas vidas, nuestra civilización e, incluso, la supervivencia de la especie.
¿Ha llegado el momento de la humildad y de la actuación consciente para recuperar el medioambiente? ¿de la cooperación colectiva con Gaia?
En el próximo artículo continuaré la reflexión con la relación del hombre con Paraíso terrenal y con el clima.
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